MAL DE ESCUELA
En el primer acto; el autor de este libro nos relata su propia historia, durante su largo paso por la escuelas; desde alumno hasta profesor. En cada uno de los roles que desarrolla en la historia, trata de darle un enfoque gracioso y chistoso, sobretodo a la zoqueteria que tenia adquirida en sus primeras etapas como alumno.
En las primeras entradas, nos describe como fue su paso por las primeras etapas escolarizadas, donde sus padres se tomaban con cierta ironía sus pocas luces en la gramática, matemáticas, letras… Y esto era un poco complicado de digerir en una familia como la suya, donde todos habían conseguido buenos frutos, académicamente hablando.
En el segundo acto; el enfoque va dirigido desde el punto de vista de los padres, a los cuales también les toca pagar el precio de la zoquetería de su hijo. Los padres ven un futuro incierto a sus hijos, necesitan encontrar escuelas donde acepten a sus hijos, sufriendo mucho al pensar en el futuro que les espera a sus hijos zoquetes; y sobretodo teniendo de soportar los hijos de otros conocidos, a los cuales la vida les espera un futuro mejor.
A continuación el autor nos muestra, como algunos hechos pueden hacer cambiar el presente y afectar positivamente el futuro. De estos hechos se encargan principalmente cuatro profesores que le marcaron su paso por bachillerato, así como la llegada de su primer amor. Después de ese momento, el autor nos describe como todo aquello que había ido leyendo, se le empezó a ordenar en su cerebro y en poco tiempo consiguió licenciarse y doctorarse en letras.
Otras anécdotas a destacar, fueron los encuentros con antiguos profesores de él, así como antiguas alumnas, donde se podía diferenciar claramente el rol desarrollado por Pennac.
En cuanto al tercer acto; empieza con un pequeño dialogo alumno-profesor (Daniel), sobre los pronombres lo, eso, ello… donde el trata de explicarle a algún alumno “zoquete” de su utilidad y de la manera de utilizarlos; dándole gran importancia a la manera de ser explicados, pues bien de ello dependerá el grado de motivación de la mayoría de alumnos y con ello el nivel de aprendizaje conseguido.
En el libro también podemos observar la dificultad de ser alumno/a; donde cada 55 minutos les cuesta cambiar el chip, pasando de historia a matemáticas, después a lengua, a continuación a gimnasia… teniendo de “reencarnarse” en varios sujetos para ir empañándose de los conocimientos relatados por los mismos. Otra cosa que nos llamo la atención, fueron algunas de sus estrategias para conseguir la atención de sus alumnos/as; como por ejemplo fue no hablar nunca más alto que ellos.
Con todo ello, debemos darnos cuenta que como en la vida misma, no todos en la escuela pueden ser alumnos/as excelentes, sino que cada uno ira encontrando su sitio entre los demás.
Poco a poco, el autor nos va desgranando sus estrategias para conseguir captar la máxima atención en sus alumnos/as; como pudieran ser “escuchar la ciudad” al finalizar las clases vespertinas… Las conversaciones después de los dictados, practicando ortografía y gramática; donde podemos observar la necesidad de empezar de cero en ciertas ocasiones.
Daniel nos cuenta que la enseñanza está en crisis, que la zoquetería está muy extendida. Nos hace referencia a la expresión “no lo he hecho adrede”, cuando siempre se hecha la culpa al otro.
Se indigna por el vocabulario informal de palabrerías o tacos de argots barriobajeros, donde se intenta esconder algo que no existe, y donde el vocabulario va cambiando conforme pasa el tiempo. También nos explica que nunca debemos hacer que los alumnos se sientan excluidos, ya que predisponen a su consolidación de zoquetes.
Nos muestra la violencia que existe en la escuela y la indignación que siente por obsesivo consumismo al que están expuestos los niños a través de la publicidad.
Daniel nos cuenta las anécdotas con los profesores que le abrieron los ojos, los cuales tenían un trato cercano con los alumnos, motivándolos y consiguiendo siempre su atención y su pasión comunicativa de su materia, su transmisión y el deseo de saber, consiguiendo sus objetivos como profesores evitando el hundimiento de los alumnos o el echarle la culpa a otro. La principal idea es la de dominar la comunicación, ya que la mayoría de los alumnos son zoquetes y no normales, donde obtengan esa motivación que les muestre que la escuela les reparará un futuro mejor.
Nos cuenta anécdotas sobre antiguos alumnos para llegar a comprenderlos, y que el estereotipo de niños ha cambiado desde entonces, ya que tienen la cabeza llena de cosas que les distraen debido al consumismo, al marketing y no como en la antigüedad, indignado por la clientización a la que están sometidos para terminar consumiendo los mismos productos que los padres o los profesores. También nos explica que no es el mismo trato el que tienen los profesores que el de los padres a los niños, ya que los profesores no tienen el objetivo de satisfacer sus deseos superficiales, sino satisfacer sus necesidades por medio de obligaciones, donde muchos contestan que no han sido formados para ello como excusa. Con todo esto, los niños se sienten bien cuando se evaden de la realidad con el ordenador, los juegos electrónicos o cualquier otra cosa consumista de esta sociedad, sin darle tanta importancia a la hora de estudiar y sin tener consecuencias negativas por el momento.
Daniel nos cuenta que de haber nacido hace 15 años, habría sido el típico zoquete moderno en vez de llegar hasta donde ha llegado gracias a esta sociedad consumista, la cual vive en un pozo de ignorancia.
El libro concluye diciéndonos que los profesores no saben cómo se sienten sus alumnos, aprender a ponerse en su lugar, donde el choque entre el saber y la ignorancia es demasiado fuerte, y la importancia del amor mediante metáforas en material de enseñanza para el éxito en la escuela, despertando su motivación.
El libro nos ha gustado bastante, aunque es difícil de seguir. Todas las situaciones que plantea en el mismo, pueden ser vivenciadas fácilmente, y sacar conclusiones de lo que nos pretende mostrar. Además consideramos que este libro consigue su objetivo, el cual creemos es despertar la curiosidad o el interés por tratar de conseguir sacar el máximo provecho a cada uno de los alumnos a los que se pueda enfrentar un docente.
José Miguel Moscardó Chirlaque y Jordi Gil Faus GRUP B
TEORÍA Y PRÁCTICA DEL CURRÍCULUM DE LA EDUCACIÓN FÍSICA
